En definitiva, eludir cualquier “canto de sirena” parece la opción más razonable para sobrevivir a esta “cita” con el consumo. Así, tendremos lo que queremos y, además, ahorraremos dinero. Las ofertas del Black Friday pueden constituir una tentadora fuente de ahorro si mantenemos la cabeza fría.
NOTA: Elige tú en qué te beneficias de los descuentos y evita que éstos decidan por ti.