compras black friday - Romina.Ro

¿COMPRAS POR COMPRAR DESCUENTOS?

El próximo 29 de noviembre se vuelve a celebrar el Black Friday, día que inaugura la temporada de compras navideñas. Todo un acontecimiento pensado para “perpetuar” el consumo de la época, cuya llegada las marcas celebran por todo lo alto. No es para menos... ¿Se os ocurre una forma más sencilla de disparar las ventas en un solo día?

compras black friday - Romina.Ro

Las ventajas y beneficios para las empresas derivados de esta masiva estrategia de marketing están claras, pero ¿y las del consumidor? ¿Realmente suponen esa gran oportunidad? ¿Y si solo nos estamos dejando arrastrar por la inercia de las “cautivadoras” promociones?

Éstas son solo algunas de las preguntas que me vienen a la cabeza al pensar en este día de impulso de un consumo voraz e inconsciente. Es cierto que el famoso Viernes Negro puede suponer una buena ocasión para conseguir descuentos, pero también puede acarrear un agujero no deseable en nuestro bolsillo. Por ello, creo necesaria la consideración de este fenómeno desde una perspectiva menos ilusoria. Os invito a considerar las siguientes reflexiones:

Ahora o nunca

Éste es el lema tras el que se sustenta la señalada fecha y una fórmula infalible para la llamada “acción-reacción”. Compramos más (y peor) cuando cedemos a estímulos externos. En estos casos, el profundo calado de un mensaje del tipo “no puedo perder esa oportunidad única” acaba por cumplir su cometido.

La clave: antes de realizar cualquier compra, pregúntate si dicha oportunidad es tan buena y si realmente te apetece aprovecharla en ese momento.

¿COMPRAS POR COMPRAR DESCUENTOS?

El próximo 29 de noviembre se vuelve a celebrar el Black Friday, día que inaugura la temporada de compras navideñas. Todo un acontecimiento pensado para “perpetuar” el consumo de la época, cuya llegada las marcas celebran por todo lo alto. No es para menos... ¿Se os ocurre una forma más sencilla de disparar las ventas en un solo día?

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Las ventajas y beneficios para las empresas derivados de esta masiva estrategia de marketing están claras, pero ¿y las del consumidor? ¿Realmente suponen esa gran oportunidad? ¿Y si solo nos estamos dejando arrastrar por la inercia de las “cautivadoras” promociones?

Éstas son solo algunas de las preguntas que me vienen a la cabeza al pensar en este día de impulso de un consumo voraz e inconsciente. Es cierto que el famoso Viernes Negro puede suponer una buena ocasión para conseguir descuentos, pero también puede acarrear un agujero no deseable en nuestro bolsillo. Por ello, creo necesaria la consideración de este fenómeno desde una perspectiva menos ilusoria. Os invito a considerar las siguientes reflexiones:

Black friday Romina.Ro
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Newsletter reveladora

¿Acaso no disfrutamos ya de descuentos todo el año? Si nos paramos a reflexionar unos instantes, nos daremos cuenta de que recibimos ofertas de promociones constantemente. En este sentido, basta con revisar nuestra bandeja de entrada de correo electrónico para constatar la recepción diaria de descuentos y promociones de nuestras marcas favoritas.

La clave: antes de realizar cualquier compra, pregúntate si realmente es un descuento que merece la pena y una oportunidad genuina.

Comprar con descuento no implica ahorro si lo que compramos no nos aporta valor.

Podemos cometer el error de, “deslumbrados” por la palabra descuento, adquirir cosas con precios irresistibles que no teníamos pensado comprar. En estos casos, no cuenta tanto el porcentaje de descuento como el coste de oportunidad de dejar de emplear ese importe (ya gastado) en algo que nos satisface más.

La clave: compra solo lo que quieras de verdad. Primero decide qué quieres y luego busca beneficiarte del máximo descuento disponible.

En definitiva, eludir cualquier “canto de sirena” parece la opción más razonable para sobrevivir a esta “cita” con el consumo. Así, tendremos lo que queremos y, además, ahorraremos dinero. Las ofertas del Black Friday pueden constituir una tentadora fuente de ahorro si mantenemos la cabeza fría.

NOTA: Elige tú en qué te beneficias de los descuentos y evita que éstos decidan por ti.

Ahora o nunca

Éste es el lema tras el que se sustenta la señalada fecha y una fórmula infalible para la llamada “acción-reacción”. Compramos más (y peor) cuando cedemos a estímulos externos. En estos casos, el profundo calado de un mensaje del tipo “no puedo perder esa oportunidad única” acaba por cumplir su cometido.

La clave: antes de realizar cualquier compra, pregúntate si dicha oportunidad es tan buena y si realmente te apetece aprovecharla en ese momento.

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La clave: antes de realizar cualquier compra, pregúntate si realmente es un descuento que merece la pena y una oportunidad genuina.

Comprar con descuento no implica ahorro si lo que compramos no nos aporta valor.

Podemos cometer el error de, “deslumbrados” por la palabra descuento, adquirir cosas con precios irresistibles que no teníamos pensado comprar. En estos casos, no cuenta tanto el porcentaje de descuento como el coste de oportunidad de dejar de emplear ese importe (ya gastado) en algo que nos satisface más.

La clave: compra solo lo que quieras de verdad. Primero decide qué quieres y luego busca beneficiarte del máximo descuento disponible.

En definitiva, eludir cualquier “canto de sirena” parece la opción más razonable para sobrevivir a esta “cita” con el consumo. Así, tendremos lo que queremos y, además, ahorraremos dinero. Las ofertas del Black Friday pueden constituir una tentadora fuente de ahorro si mantenemos la cabeza fría.

NOTA: Elige tú en qué te beneficias de los descuentos y evita que éstos decidan por ti.

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