Un sencillo vestido de tirantes anchos cuyo atrevidísimo diseño resulta ideal para lucir en una de las tantas citas veraniegas que nos esperan. Junto a la indiscutible tendencia por llevar prendas que homenajean a personajes de nuestras series y dibujos favoritos, encontramos aquellas otras que hacen un guiño a celebrities del panorama musical, entre otros. Tras el regreso de la moda de los 80 y 90, ahora es la década del 2000 la que viene pisando fuerte. Una época en la que precisamente las estrellas del pop y de las series para adolescentes eran auténticos escaparates de un estilo tan variado como “loco”. ¿Estáis preparadas para rescatar las tendencias de los últimos tiempos que mayor controversia han causado?


LA CLAVE
Un vestido que mezcla imagen, textos, símbolos e incluso detalles con brillos podría parecer, a priori, imposible de llevar sin resultar excesivo o escandaloso.
Sin embargo, un buen estilismo consigue que una prenda con estas características luzca idealmente.


¿Esto implica añadir complementos “aburridos” para compensar lo llamativo de la prenda? Para nada. De hecho, los complementos y, especialmente, la forma de llevarlos, son los que marcan la diferencia.
El original vestido cobra sentido al combinarlo con unas llamativas mules transparentes rosas de tacón cuadrado y un acertado bolso de mano rígido tipo revista.
El peinado elegido revive otro hit de los años 2000: los recogidos a partir de mechones enrollados para dar vida a los simpáticos “moñitos”, conocidos como minibuns.
Los collares con eslabones en plata también causaron furor con la llegada del nuevo milenio. Este diseño exclusivo personalizado con las iniciales DCCR (De Compras Con Romina) remata, junto con los llamativos pendientes plata/neón y las simpáticas gafas corazón y lentes rosas, un outfit tan osado como juvenil.

¿Esto implica añadir complementos “aburridos” para compensar lo llamativo de la prenda? Para nada. De hecho, los complementos y, especialmente, la forma de llevarlos, son los que marcan la diferencia.
El original vestido cobra sentido al combinarlo con unas llamativas mules transparentes rosas de tacón cuadrado y un acertado bolso de mano rígido tipo revista.

El peinado elegido revive otro hit de los años 2000: los recogidos a partir de mechones enrollados para dar vida a los simpáticos “moñitos”, conocidos como minibuns.
Los collares con eslabones en plata también causaron furor con la llegada del nuevo milenio. Este diseño exclusivo personalizado con las iniciales DCCR (De Compras Con Romina) remata, junto con los llamativos pendientes plata/neón y las simpáticas gafas corazón y lentes rosas, un outfit tan osado como juvenil.

EL RESULTADO
Un look perfecto para dar la bienvenida al verano por todo lo alto