Simplemente pasa: alguna vez caemos en la tentación de comprar prendas “para” ... Ya sea una cita especial, un evento único y, sí, también para tener “algo que estrenar” durante nuestro viaje o escapada.
Un bañador color nude encaja perfectamente en la descripción anterior. ¿El motivo? A priori, adquirir un traje de baño que se confunde con nuestro tono de piel puede parecer una decisión no demasiado acertada; pero, hay que reconocer que este diseño en color maquillaje tiene un punto de sofisticación totalmente arrebatador. O te “enamora” sin remedio o pasa a formar parte de tu lista negra. Sea cual sea tu caso, resulta curioso que una tonalidad natural, tan discreta, logre captar la atención. Aunque considerándolo mejor, la osadía siempre encierra esa particularidad: la de hacerse notar.
Y tú, ¿te sueles sorprender a ti misma introduciendo en tu equipaje prendas que nunca pensaste usar?