Un top corto, con lazada delantera y mangas de volantes, sumado a un pantalón de tiro alto y pernera ancha, con claro aire setentero, no solo crean un total look súper estiloso, sino que consiguen formar un combo de lo más cómodo y refrescante. El print de rayas verticales constituye un valorado plus por estilizar la figura.

Este tipo de tejidos fluidos lucen de 10 con complementos que acentúan la caída y el movimiento de las prendas o, al menos, no los eliminan. Razón por la que unas altas cuñas, con diseño de tiras blancas, resultan tan acertadas. La idoneidad del calzado elegido es evidente, pero ¿qué opináis del divertidísimo bolso? Su original diseño “envase batido de fresa”, con pajita incorporada, logra desmarcar el outfit sin alterar la más que visible armonía cromática. Como si estuviera hecho a medida...

¿El peinado? Muy en la onda setentera del estilismo. El semirrecogido con ligero tupé y flequillo lateral enmarca un característico maquillaje baby doll: tanto las pestañas, bien rizadas, como el toque blanco en la V interna del lagrimal, agrandan y resaltan la vivacidad de los ojos; el rubor, en rosa, destaca en gran medida las mejillas; y un intenso tono rojo, dibuja al detalle la forma de los labios. Las originales gafas redondas rosas y los discretos pendientes de “lacitos”, en tonos pastel, completan un “dual” estilismo; de esos que siempre sorprenden y tanto suelen gustar por la encantadora mezcla de lo sensual e inocente.

Un auténtico look “de muñeca” para una mujer muy real.