Un look aparentemente convencional, “sin grandes sorpresas” y que, sin embargo, consigue resultar de lo más inspirador. Ahí reside realmente la verdadera “magia” del estilismo: la de otorgar un papel más relevante a prendas con diseños básicos y no solo usarlas como comodín en outfits diarios.
Una vez más vuelvo a rescatar una tendencia del pasado para concederle una nueva oportunidad en el presente. El “afortunado” no ha sido otro que el mini vestido bodycon con cuello halter
¿Un truco?
Elegir nuestro vestido “estrella” en una tonalidad de nuestra carta de color, es decir, en un tono que realmente nos sienta bien porque nos ilumina. Con esta elección ya tendríamos la mitad del trabajo hecho. El 50% restante depende de nuestra creatividad, osadía, gusto y estilo personal. Lo uno no excluye lo otro, pues el resultado final vendrá dado por la suma de ambas partes.