Si tenemos en cuenta que los colores más claros consiguen captar la atención y los más oscuros estilizar, este bañador es idóneo para llevar la mirada hacia la zona de las piernas y abdomen, resaltadas por el tono blanco del tejido. Al mismo tiempo, el color negro, en lugar de pasar desapercibido, logra destacar a través de las llamativas tachuelas. ¿Qué conseguimos con ello? Un bonito equilibrio entre la parte superior e inferior y un mayor realce de la cintura.

El escote Bardot es un plus que embellece tanto la prenda como los hombros.

Puesto que las tachas constituyen un elemento que tiene gran protagonismo en el outfit por su poder transformador, el hecho de optar por un clásico estampado de lunares resulta todo un acierto para suavizar su efecto más “rompedor”. Este print viste tanto la cara como los pies. Para la primera, el pañuelo en blanco con lunares negros.

Para los segundos, el juego de color opuesto: sandalias negras de verano con cómoda plataforma y discretos lunares en blanco.

Debemos tener en cuenta que hay prendas que se salen de lo común y ese carácter más especial exige unos complementos “a medida”, que probablemente no sean nuestra opción más recurrente. Hay ocasiones para todo y está claro que este elegante swimsuit no está diseñado para fondo de armario. Sin embargo, es una realidad que muchas veces nos “encaprichamos” de prendas para momentos puntuales, a las que sorprendentemente damos alternativos usos. ¿Lucir este bañador como un atrevido body? ¡Sin ninguna duda!

No podemos olvidarnos de las gafas de sol, que no solo cumplen su función, sino que dan sentido al estilismo. Éstas, grandes, en montura retro blanca, son las elegidas para completar el lady look.

La cuidada manicura/pedicura y los destacados labios, ambos en tono fucsia, resultan tan imprescindibles como el resto de los elementos de este estilismo que mezcla “lo mejor de ayer y de hoy”.

Un perfecto look de baño black & white de esos que parecen “salidos” de otra época.