Tanto su diseño como su tejido y suave tonalidad le otorgan un indiscutible potencial, característica que la lleva a ser una recurrente elección en múltiples ocasiones.

Facilita la creación de looks tan acertados como diferentes entre sí. Una prenda “limpia” que posibilita una gran transformación al aceptar todo tipo de aderezos.

Su discretísimo tono empolvado le confiere un gran valor añadido al multiplicar las posibilidades de combinación, especialmente en una época donde se hace necesario incorporar capas y complementos de abrigo.

Un vestido estructurado con falda ligeramente de vuelo marca la cintura sin ajustarse a las caderas, lo que lo hace idóneo para dibujar delicadamente las líneas del cuerpo.