Mezclar y conseguir que todo encaje, como en un perfecto puzzle. Sobre las prendas que hemos escogido para contrastar, lo ideal es añadir otras más básicas y neutras que ayuden a equilibrar el look.  En este caso, se ha decidido jugar con el “tartán” y las “fichas” de colores seleccionadas han sido rojas, azules y negras.

Una apuesta arriesgada que nos ha permitido “ganar la partida” con éxito al seguir una sencilla estrategia: contrarrestar el potente efecto inicial provocado por la falda y medias con un discreto jersey negro entallado que, a su vez, compensa el vuelo que aporta la mini escocesa, marcando la silueta.

Superado el primer nivel del juego, ahora toca enfrentarse a los complementos. Aquí nos puede surgir un nuevo dilema: ¿sobrios y discretos?, o quizá ¿llamativos y originales? Si nos decantamos por la segunda opción, podemos seguir “jugando” a la contraposición al añadir, por un lado, un rígido clucth con divertido mensaje y, por otro lado, unos femeninos zapatos bicolores que “choquen” con la estética atrevida del outfit. Si pensábamos que las “ñoñas” merceditas tendrían que estar relegadas al olvido, ésta es la mejor prueba de que un diseño clásico puede tener cabida en un estilismo actual y rompedor.

Un look con estas características requiere un peinado con marcado carácter juvenil. Al añadir una gorra baker boy bicolor, lo idóneo es dejar lucir bajo ella una voluminosa melena desenfadada para rematar un estilismo poco convencional.

Un look con irresistible aire colegial perfecto para “presumir” de personalidad, seguridad y sutil descaro.